Este sueño que me persigue desde hace unos días me recuerda cuando estaba embarazada. (¡Bah! que no, que seguro que no lo estoy) pero llevo dos días que sólo quiero dormir, aunque no lo haga, se me cierran los ojos, como si estuviera muy drogada, muy cansada. Hasta en la oficina cuando me he quedado sola, sin más ruidos que los que se desprendía del aire acondicionado, me he sorprendido, cuando con el sonido del teléfono me he despertado.
No estoy triste, al revés me siento bien conmigo misma, pero supongo que necesito unas vacaciones (no he tenido aún sólo algún fin de semana suelto) y me acuesto no antes de la una de la madrugada y a eso de las cinco y media ya estoy en planta. Cuando me levanto me meto en la ducha (fría) aunque la noche anterior también lo hiciera, pero es como más rápido, para ponerme en contacto con la vida y despertar, sino me vuelvo a la cama y me quedo dormida; y eso, quedaría sensacional, pero en sueños, porque en el trabajo, me esperan para abrir, por regla general, así que no puedo permitírmelo. Después de la ducha, me tomo un café recién hecho y me voy pitando.
La jornada intensiva se me acabará la semana que viene, por lo que quiero aprovecharla para hacer más cosas además de conectarme, escribir, leer los blogs, responder a los correos, comentar, así que desconectaré Internet, para que no me de impulso, ni curiosidad por ver si me comentasteis, hicisteis nuevos blogs, que al leerlos me empujen (gustosamente) a contestar y con ello, vuelta a empezar. Seguro que sabéis de qué hablo ¿a qué sí?
Si lo escribo, lo hago, con tal de no quedar mal, por eso lo pongo, porque presumo de ser persona de palabra y bla, bla, bla... aunque sea una pecadora de la pradera, que como vea el ordenador, voy a querer encenderlo, así que a lo mejor (digo, a lo mejor) le digo a mi novio (es mi marido, vale, pero yo lo llamo así, ¡Ea!):
- Niño guárdamelo, que yo no vea dónde la escondes. (La tarjeta inalámbrica del portátil) y él con ojitos divertidos, me conteste:
- No, no podrás, no podrás aguantar ni un solo día. No eres capaz.
Y entonces yo más chula que un ocho le conteste: Ya verás, ya.
Porque ha dicho la frase mágica, la que siempre me dice cuando quiere conseguir que haga algo, y es que... supongo que soy un poco orgullosa y caigo, casi siempre.
Pues eso que si no posteo, es que no he encontrado la tarjeta del demonio esa, así que tranquilos, que es como una cura de desintoxicación, o algo por el estilo, que mi intuición me dice que me hace falta. Así que no escribiré hasta por lo menos el
¿martes?, ¿miércoles? ¡Hummm! ya veremos, lo que mi adicción aguante, que para qué mentirnos soy una drogo- dependiente bitacorera (o bloguera, que no bollera, o será flojera lo que tenga... vete tú a saber)
Los planes son estos, lo que me apetece hacer (me leeré el futuro inmediato, a ver si acierto, al menos el 90 %):
Mañana: Toda la mañana desde bien temprano, nos vamos a descubrir una ruta ciclista campo a través.
Al mediodía la suegra nos invitó a comer (para ser más exactos, su hijo se invitó por la cara, que la convence con sólo decirle: mamá, haznos arroz, del tuyo, que lo hecho del menos luego lo mato, pero después de comer el arrocito de la peazo suegra, que lo hace tan rico, que es muy buena y la quiero mucho... siempre que se quede en su casa y venga de visita, no a quedarse, pero más que todo, porque se aburriría con nosotros y tal y tal...:PPPP)
Tarde: Comprar en el Eroski (ahora me acuerdo que tengo una disparatada historia del hiper, pero si la posteo, no vale del trato ¿vale? Sólo será copiar, pegar y ya está, lo juro por Snoopy)
Y limpiar la casa y alrededores, (campo, vivo en el campo y las higueras, los ciruelos, los manzanos... me traen frita) barreré y barreré como la ratita presumida, pero en bikini que es más moderna y quizás un delantal, que aunque aparentemente no sirva de nada, yo se porque lo digo.
El domingo nos iremos a andar, (si digo a andar no es a dar un paseillo precisamente, es ponernos las botas de montaña) prepararemos bocadillos, nos llevaremos las mochilas, la cámara de fotos, comeremos por el camino y a hacer senderismo.
Y entre semana, a planchar (el cuarto de la plancha lleno, lo tengo) y hacer de ama de casa, que como todos trabajaran ya por la tarde, me quedaré solita y aprovecharé mientras ordeno cajones, a poner cositas ordenadas en mi cabeza, que cada vez me cuesta menos, porque no descuido su limpieza mental y me voy deshaciendo de pensamientos tóxicos de antaño.
Terminaré uno de los libros que estoy disfrutando con él (Una palabra tuya de Elvira Lindo, os lo recomiendo) y quizás escriba sobre una película que aún no se ha estrenado, pero como conozco a la madre de la artista (que es poeta sevillana y ya está al caer la presentación de su libro, que si puedo asistiré), pues estoy al tanto de cada avance, ya os contaré, porque intuyo que será todo un éxito de taquilla, ya veréis.
Y esas cosas...
Feliz fin de semana.
Feliz semana
Quererse mucho. Hacerlo por mí ¿si?
Si entráis en mi página y os apetece, podéis visitar el archivo que seguro que hay cosas nuevas para vuestros ojitos y bla, bla, bla...