Cuenta la leyenda que antes de que la humanidad existiera, los duendes se reunieron para hacer una travesura.
Uno de ellos dijo:
- Pronto serán creados los humanos. No es justo que tengan tantas virtudes y posibilidades. Deberíamos hacer algo para que les sea más difícil seguir adelante. Llenémoslos de vicios y de defectos; eso los destruirá.
El más anciano de los duendes dijo:
- Está previsto que tengan defectos y dobleces, pero sólo servirá para hacerlos más completos. Creo que debemos privarlos de algo que les haga vivir cada día con un desafío.
Un joven y astuto duende comentó.
- Deberíamos quitarles algo que sea importante pero, ¿qué?
El viejo duende exclamó:
- Ya sé! Quitémosle la llave de la felicidad.
- ¡Excelente idea!- gritaron los duendes.
El viejo duende siguió:
- El problema va a ser dónde esconderla para que no puedan encontrarla.
El primero de ellos tomó la palabra:
- Escondámosla al fondo del mar.
- No, recuerda que tienen curiosidad; algún día, construirán un aparato para poder bajar y entonces la encontrarán fácilmente.
- Escondámosla en otro planeta
A lo cual los otros dijeron:
- No recuerda su inteligencia, un día construirán una nave en la que puedan viajar a otros planetas y entonces la destruirán.
Un duende viejo, que había permanecido en silencio, escuchando las propuestas de los demás, se puso de pie en el centro y dijo:
- ¡Sé dónde ponerla para que no la descubran!
Todos asombrados, preguntaron al unísono:
- ¿Dónde?
El duende respondió:
- La esconderemos dentro de ellos mismos muy, muy cerca de su corazón.
(Un texto-cuento- de Jorge Bucay extraído de su libro "Cuentos para pensar")
Nos tiramos la vida buscándola y quizás esté más cerca y sea más fácil de encontrarla de lo que creemos. O... ¿no?
¿Dónde andará?
Uno de ellos dijo:
- Pronto serán creados los humanos. No es justo que tengan tantas virtudes y posibilidades. Deberíamos hacer algo para que les sea más difícil seguir adelante. Llenémoslos de vicios y de defectos; eso los destruirá.
El más anciano de los duendes dijo:
- Está previsto que tengan defectos y dobleces, pero sólo servirá para hacerlos más completos. Creo que debemos privarlos de algo que les haga vivir cada día con un desafío.
Un joven y astuto duende comentó.
- Deberíamos quitarles algo que sea importante pero, ¿qué?
El viejo duende exclamó:
- Ya sé! Quitémosle la llave de la felicidad.
- ¡Excelente idea!- gritaron los duendes.
El viejo duende siguió:
- El problema va a ser dónde esconderla para que no puedan encontrarla.
El primero de ellos tomó la palabra:
- Escondámosla al fondo del mar.
- No, recuerda que tienen curiosidad; algún día, construirán un aparato para poder bajar y entonces la encontrarán fácilmente.
- Escondámosla en otro planeta
A lo cual los otros dijeron:
- No recuerda su inteligencia, un día construirán una nave en la que puedan viajar a otros planetas y entonces la destruirán.
Un duende viejo, que había permanecido en silencio, escuchando las propuestas de los demás, se puso de pie en el centro y dijo:
- ¡Sé dónde ponerla para que no la descubran!
Todos asombrados, preguntaron al unísono:
- ¿Dónde?
El duende respondió:
- La esconderemos dentro de ellos mismos muy, muy cerca de su corazón.
(Un texto-cuento- de Jorge Bucay extraído de su libro "Cuentos para pensar")
Nos tiramos la vida buscándola y quizás esté más cerca y sea más fácil de encontrarla de lo que creemos. O... ¿no?
¿Dónde andará?
3 comentarios
Eros -
Chau Saludos.
Onice -
"No somos conscientes de lo que tenemos, hasta que lo perdemos"
carlitosreina -
¡Bucay Selección!