Un inocente domingo de mercadillo.
Ahora, estoy segura: no es buena idea ir con tu pareja al mercadillo. La experiencia será muy negativa para ambos, salvo casos muy aislados. No importará si comienzas el día de buen rollito, desayunas fuera y te lo tomas como un apacible paseo compartido. Créanme, el encanto desaparecerá por el tercer puesto más o menos. Quizás estés mirando una bufanda o eligiendo entre cuarenta cinturones. Si lo miras, su cara se estará trasformando en algo parecido a una bomba contenida, que de un momento a otro explotará.
Empezará sutilmente con comentarios que te dará una idea que está perdiendo la paciencia… (¿Así me vais a tener mucho rato? ¿No dejáis ningún puesto sin visitar?...) y es que, al mercadillo se va con santo aguante, sino, ni se te ocurra ir juntos. Mejor hacerlo con una vecina, amiga, hermana, madre, pero sin incluirlo a él. Le harás un gran favor y nosotras disfrutaremos de cada prenda aunque ni nos la compremos.
Si a eso le añades que tu madre se apunta a un batallón, pues lo vas a tener con cara larga durante todo el día.
Eso me ocurrió ayer. Saludé como buena hija a mi madre y ella al verme compuesta y con novio, me preguntó una inocente pregunta:
- ¿Dónde vas, Mari?
- Con Juande al “mercaillo”
Y te ves a tu madre que te mira, que se mira la ropa que tiene puesta y te dice, lo que temes (no por ti, sino por el “novio” que sabes sin tener que estudiar mucho que ir con la suegra es como ir debajo de un paso de semana santa, pasito a pasito y con sus dos mil paradas correspondientes, una por puesto)… así que tus sospechas se cumplen y te anuncia:
- Me pongo los zapatos, me peino y me voy con vosotros.
Mi padre que oye la conversación, le da unos golpecitos en el hombro a mi amorcito - eso sería antes de ir, cuando el día parecía que irradiaba luz y felicidad - (…y frío de “cohones”) y le desea:
- Suerte, la necesitarás… que no te queda a ti “na” que “padecé” con estas dos. (“Saborio” y machista se pone mi “pare”cuando se juntan los dos y empiezan a rajar de sus dulces mujercitas).
Ahora, que me compré unas botas de pelito, con un tacón así de alto ( abre una mano y la distancia que haya del pulgar al anular es la medida del tacón, chispa más o menos) por veintipoquillos euros que son superchachipiruli… y un bolso y… unas medias de colores que me he puesto hoy (aunque luego te digan que le pareces a la gallina Caponata) y unas sabanas de invierno muy baratas para mis niños, que ya las he lavado y colocado, para que me duerman abrigaditos mis “churumbeles” y… cosillas que me hacían falta (no lo voy a contar todo “johé”)…
P.D: Con todo mi cariño para mi "guayabito" y su santa paciencia. Él sabe que es sólo un guiño, de esta loquita, que le tocó como compañera.