PROTAGONISTA DE MI VIDA.
En primera persona, consciente de mi existencia. Así me siento. Quiero pasar página a esa juventud que tuve, aceptarla para seguir. Entender que la vida no sólo es de los jóvenes. No es que yo no lo sea, pero ya dejé de ser una niña y no me importa.
Tengo mi sitio y si no, lo hago, sin achuchar, sin exigir, sólo estando y saludando a mi pasado, pero sin quedarme en él anclado.
Acepto mis imperfecciones, que son muchas, que forman parte de mí como humana que soy. Miro hacia atrás y tomo conciencia de mi avance. Me sorprendo al hacer balance y darme cuenta que ya no me importan tanto las cosas, que cada vez menos me atosigan no conseguir banalidades que creía importantes, que cada más, necesite menos, para sentirme bien.
No quiero cambiar a nadie, ni sujetar a los que no se quieran quedar, pero si lo hacen me sentiré dichosa, sinceramente.
Ahora entendí que puedo perdonarme, que es normal equivocarse, que no puedo ser perfecta para todo el mundo. Cómo voy a serlo, si no lo soy ni para mí misma. Pero lo acepto, intento mejorar, pero me acepto.
No todos los sueños podré cumplir, pero me siento satisfecha por cumplir a diario, el más importante: Vivir, poder sentir y dejar fluir lo que me queda de tiempo, amando, amándome, en primera persona, como protagonista que soy de mi propia vida. Es lo que tengo, aunque ni siquiera eso, me pertenezca.
Madurando, aprendiendo, caminando... y ¿tú? ¿Te sientes protagonista de tu vida? ¿De tu avance? ¿De tu camino recorrido?
Tengo mi sitio y si no, lo hago, sin achuchar, sin exigir, sólo estando y saludando a mi pasado, pero sin quedarme en él anclado.
Acepto mis imperfecciones, que son muchas, que forman parte de mí como humana que soy. Miro hacia atrás y tomo conciencia de mi avance. Me sorprendo al hacer balance y darme cuenta que ya no me importan tanto las cosas, que cada vez menos me atosigan no conseguir banalidades que creía importantes, que cada más, necesite menos, para sentirme bien.
No quiero cambiar a nadie, ni sujetar a los que no se quieran quedar, pero si lo hacen me sentiré dichosa, sinceramente.
Ahora entendí que puedo perdonarme, que es normal equivocarse, que no puedo ser perfecta para todo el mundo. Cómo voy a serlo, si no lo soy ni para mí misma. Pero lo acepto, intento mejorar, pero me acepto.
No todos los sueños podré cumplir, pero me siento satisfecha por cumplir a diario, el más importante: Vivir, poder sentir y dejar fluir lo que me queda de tiempo, amando, amándome, en primera persona, como protagonista que soy de mi propia vida. Es lo que tengo, aunque ni siquiera eso, me pertenezca.
Madurando, aprendiendo, caminando... y ¿tú? ¿Te sientes protagonista de tu vida? ¿De tu avance? ¿De tu camino recorrido?