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MaRioSe.Compartiendo Sueños.

ÁNIMO

ÁNIMO Tomo notas, indistintamente, con un bolígrafo o con un lápiz colocados junto al ordenador, sobre un cuaderno escolar, de rayas. Al lápiz hay que sacarle punta de vez en cuando, lo que constituye una actividad artesanal que sirve también para la reflexión. Pero la diferencia más notable entre él y el bolígrafo es su modo de perecer.

El bolígrafo no cambia de apariencia ni siquiera cuando se encuentra en las últimas. Y deja un cadáver tan curioso que nadie diría que está muerto si no fuera porque no pinta nada ya, aunque resucite a veces de improviso y trace un par de líneas, incluso un párrafo, antes de volver a expirar. La gente se resiste a desprenderse de los bolígrafos vacíos porque continúan como nuevos. Sólo se consumen por dentro, en fin, y siempre se acaban a traición, como el butano. El lápiz, en cambio, agoniza por dentro y por fuera a la vez, y deja un cadáver mínimo, un detrito del que uno se deshace sin ningún sentimiento de culpa. Punto y aparte.

La naturaleza presenta casos semejantes al del bolígrafo. Ahí está el caracol, que envejece sin una sola arruga exterior, sin un fruncido. Y no hay que sacarle punta cada poco: él mismo, mientras vive, asoma los cuernos al sol, caracol quiscol, y una vez muerto, si te encuentras la concha en un tiesto o en el agujero de un árbol, la guardas en el bolsillo y al llegar a casa la colocas junto a los bolígrafos difuntos. Tenemos una pasión curiosa por la cáscara, de ahí la afición a las cajas, sobre todo a las cajas fuertes. Hay personas que coleccionan pastilleros vacíos, que viene a ser lo mismo que guardar bolígrafos sin tinta, con los que sólo se pueden escribir poemas inexistentes, que muchas veces son los mejores.

Pese a todo, tal vez sea más digna la actitud existencial del lápiz que la del bolígrafo, la de la babosa que la del caracol, aunque no dejen cáscara para los arqueólogos. Conviene sacarse punta cada mañana, pese al espanto de ver cómo se agota uno. Lo complicado de sacarse punta es saber cuánto te tienes que afilar para escribir lo suficientemente claro sin romperte antes de que hayas acabado la novela o la vida. Pero eso constituye un ejercicio de conciencia, y quizá de consciencia, bastante saludable.
Ánimo.

(Juan José Millás)

4 comentarios

Onice -

Pues yo como con mi vida, destrozo hasta el boli...literalmente me lo como; lo muerdo y queda tan destrozado como el lapiz...

LeeTamargo -

...Muy elegante la pluma, pero incómoda para escribir sobre la marcha, cuando lo exige la inspiración. El lápiz artístico y señorial, ideal para dibujar, pero escaso para nuestra propia confianza de que lo escrito no vaya a borrarse... ¡Y cuántos bolis! Imposible aquí hablar de tener uno sólo, diferentes y variopintos, que siempre se acaban em el momento más inoportuno... ¡Ánimo y que no falte para escribir!
SALUDOS, MARIOSE:
LeeTamargo.-

Mariose -

Qué curioso ¿no? A mí siempre me llamarón la atención las plumas, pero no me llevo bien con ellas, no me siento cómoda.
Ahora me es más díficil escribir en un papel, como siempre he hecho que hacerlo con el teclado de un ordenador.
Tempoco me gustan mucho los lápices. en el trabajo los utilizo de minas intercambiables, no soporto el trazo grueso, sólo para dibujar, pero eso , de momento, pasó a la historia...
Lo que sí me relaja y me encanta mirar es como mi hermana pequeña,lo convierte en todo un arte. tiene un sacapuntas especial, tipo guillotina... utiliza de todo tipo, tizas de colores y de la nada crea arte.
Tengo bolígrafos de todo tipo guardados en los cajones, me dan mucha lástima de tirar y más si son bonitos. Siempre digo: compraré recambio... Je je je!! pero no lo hago y asl final me compro un bic normal.
Bic, bic, bic bic bic.
:D
un besito

Trini -

Curiosamente guardo mis boligrafos sin tinta, es una manía más de las mil que tengo.
Nunca escribo con lápiz y sólo saco punta a los lápices perfiladores de ojos jajajaja.
Pero mirándolo bien nosotros, si hemos de, si no sacarnos punta cada mañana porque nos gastariamos(yo antes que nadie soy tan pequeña) si resfregarnos bien la cara y abrir limpiamente los ojos cada día.

Un abrazo niña