EL DUENDE DEL PIANO.
El juego consiste en utilizar algunas palabras y añadirlas en el contexto de una historia, no sobrepasando las 400 palabras (hecho que "casi" cumplo). Ésta semana tocaba:Anticuario, Algoritmo, Dogma, Duende, Privilegio. Así me salió:
Cuentan que hace mucho tiempo, un experto anticuario recorría las campiñas gallegas en busca de muebles antiguos arrinconados en desvanes, cobertizos, de granjas o haciendas donde tenía la esperanza de hallar piezas meritorias y comprarlas a bajos precios, aprovechando la ignorancia de los paisanos desconocedores de su valor real.
Algo cansado por vagar sin éxito durante días sin conseguir nada de valor, sino trastos viejos que no le ayudaban ni por asomo a cumplir sus cuentas en su algoritmo mensual que le permitiera encontrar alguna pieza importante y hacer el negocio de su vida, se sentó a descansar en un banco de la entrada de un caserío esperando que alguien lo recibiera.
Un hombre con la mirada perdida lo recibió como si lo estuviera esperando y al presentarse y explicar el motivo de su trajinar, lo llevó hacía el umbral del cobertizo de aquel lugar, indicándole que si quería un piano que poseía aceptaría lo que viera oportuno.
Cuando el anticuario extrañado quiso preguntarle la razón de su desapego a una pieza tan valiosa advirtiéndole aquel, que no le ayudaría a retirarlo bajo ningún concepto y si le interesaba la pieza debería de convencer a los lugareños para que lo ayudaran a sacarlo, le sorprendió la historia que el campesino asustado le contó:
Aseguraba que aquel piano poseía un misterioso sortilegio y tocaba largas piezas solo, sin que ninguna mano humana lo tocara. Que su vieja mujer no había levantado cabeza desde que un día, alentada por un extraño ruido que desde el cobertizo provenía, quiso acallar a su curiosidad y se acercó sigilosa tras la puerta entreabriéndola levemente.
Aseguraba que había tenido el privilegio de entrever, bailando encima del piano, a un pequeño ser, no hallando la forma de describirlo pues no era ni hombre, ni enano, ni niño con un par de ojos oscuros, grandes e inquietantes, que brillaban como un cristal en las penumbras como un duende de unos 30 cm. Con ropajes singulares, un gran sombrero que le tapaba parte de su rostro y dientes agudos convirtiéndolo en su ser aparentemente malévolo, rompiéndole en añicos cualquier dogma de fe cuando al percibir su llegada, el piano cesó su musica y aquel extraño duendecillo le clavó su mirada cínica y maligna, despertando en ella un terror hasta ahora desconocido, como si le hubiera clavado un puñal provocándole una rápida huida tan veloz, como las piernas le procuraban y creyendo que el singular personaje iba tras ella en un encarnizado trayecto, hasta que como pudo se encerró en su hacienda, no queriendo jamás salir sola del umbral de la puerta, sin encontrar ninguna explicación a todo lo acontecido aquel sorprendente día.
Cuentan que hace mucho tiempo, un experto anticuario recorría las campiñas gallegas en busca de muebles antiguos arrinconados en desvanes, cobertizos, de granjas o haciendas donde tenía la esperanza de hallar piezas meritorias y comprarlas a bajos precios, aprovechando la ignorancia de los paisanos desconocedores de su valor real.
Algo cansado por vagar sin éxito durante días sin conseguir nada de valor, sino trastos viejos que no le ayudaban ni por asomo a cumplir sus cuentas en su algoritmo mensual que le permitiera encontrar alguna pieza importante y hacer el negocio de su vida, se sentó a descansar en un banco de la entrada de un caserío esperando que alguien lo recibiera.
Un hombre con la mirada perdida lo recibió como si lo estuviera esperando y al presentarse y explicar el motivo de su trajinar, lo llevó hacía el umbral del cobertizo de aquel lugar, indicándole que si quería un piano que poseía aceptaría lo que viera oportuno.
Cuando el anticuario extrañado quiso preguntarle la razón de su desapego a una pieza tan valiosa advirtiéndole aquel, que no le ayudaría a retirarlo bajo ningún concepto y si le interesaba la pieza debería de convencer a los lugareños para que lo ayudaran a sacarlo, le sorprendió la historia que el campesino asustado le contó:
Aseguraba que aquel piano poseía un misterioso sortilegio y tocaba largas piezas solo, sin que ninguna mano humana lo tocara. Que su vieja mujer no había levantado cabeza desde que un día, alentada por un extraño ruido que desde el cobertizo provenía, quiso acallar a su curiosidad y se acercó sigilosa tras la puerta entreabriéndola levemente.
Aseguraba que había tenido el privilegio de entrever, bailando encima del piano, a un pequeño ser, no hallando la forma de describirlo pues no era ni hombre, ni enano, ni niño con un par de ojos oscuros, grandes e inquietantes, que brillaban como un cristal en las penumbras como un duende de unos 30 cm. Con ropajes singulares, un gran sombrero que le tapaba parte de su rostro y dientes agudos convirtiéndolo en su ser aparentemente malévolo, rompiéndole en añicos cualquier dogma de fe cuando al percibir su llegada, el piano cesó su musica y aquel extraño duendecillo le clavó su mirada cínica y maligna, despertando en ella un terror hasta ahora desconocido, como si le hubiera clavado un puñal provocándole una rápida huida tan veloz, como las piernas le procuraban y creyendo que el singular personaje iba tras ella en un encarnizado trayecto, hasta que como pudo se encerró en su hacienda, no queriendo jamás salir sola del umbral de la puerta, sin encontrar ninguna explicación a todo lo acontecido aquel sorprendente día.
7 comentarios
Mariose -
http://www.grupobuho.com/foroliterariomensajesig9592-2-945.html
Mariose -
Es positivo para ponernos las pilas, para no perder la practica... muy interesante. Tambien el texto de Pilar Cecilia, pertenece de allí. ella con las palabras de otra semana construyó tu texto tan bonito. Venga anímate. Ahora te traigo el enlace.
Brisa -
Mariose -
Recordé una frase sobre la poesía que decía algo así:
" La pintura es una poesía muda y la poesía, una pintura ciega"
Claro que eres capaz. Sólo tienes que quererlo y ...a volar. Un beso.
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NADA: ¡Je je je! muchas gracias, que me pongo "colorá" verás... Es un juego literario, que te hace ponerte las pilas, que te incita a trabajar, como lo es el intentar escribir todos los dias un poquito y leer para no perder la costumbre.
De aquí a una semana escribiré otro, mañana darán las palabras, a ver cómo sale.
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lunaaaaa: Un beso para ti, luna, lunera, gracias por la visita.
lunaaaaa -
NADA -
Besitos
Trini -
Enhorabuena por este es muy bonito.
Besos