Desprendiéndome de tí.
Llego a casa. Enciendo el aire acondicionado. Me desprendo de mis tacones, reloj, pendientes, anillos y demás abalorios diversos. No hay nadie en casa, así que sigo desprendiéndome de todo lo que me da calor como es toda la ropa que está empapada. Abro la nevera y me quedo allí un buen rato, de paso compruebo que hay que comprar tomates, pepinos, zumos...también decido la comida que haré para mañana. No me voy hasta que no consigo estornudar de frío. ¡Ya está! Mañana haré un buen salmorejo con tortilla de patatas, pero sin tomates lo veo difícil, pues no hay problema se los pido a mi madre y de paso la saludo que no está bien que me diga que soy una despegada, aunque lo sea.
Pero no hay tiempo para todo y no siempre estoy preparada para sus interminables preguntas, a las que ni siquiera me da tiempo a responder. Cosa que no he llegado a entender nunca. A lo mejor, lo único quiere es preguntar, así que no le respondo y ella se queda tan feliz, aunque a veces la formula no funciona y descansa para respirar, esperando su respuesta. Haré un esfuerzo, que tengo ganas de verla, de oler su cuello, su carita limpia, su sonrisa fresca y sus preguntas que sólo son mimos y no me doy cuenta.
Voy a decirte que te quiero mucho mamá, aunque quizás no te lo diga en palabras y me quede pegada a tu cuello que huele a flores, un ratito hasta que me eches de encima y me llames pesada. Luego me preguntarás por el trabajo, yo te contaré cómo me he ganado hoy las habichuelas y que se me ha caído un palet en mitad de la calle, porque lo habían cargado mucho y se partió en dos. Así vengo, partida en dos.
Me dirás que eso es trabajo de hombres, que porqué me dejan sola y te diré que estoy acostumbrada, que los vecinos me ayudaron. Me vendré a casa y volveré a regresar a la tuya, cuando me acuerde que me vine sin tomates.
Sin tomates, partida en dos y sin ti mamá, como siempre. Ya estoy acostumbrada desde que aprendí sola a volar, dejándote atrás, pero llevándote conmigo. Siempre.
Te quiero mamá.
Pero no hay tiempo para todo y no siempre estoy preparada para sus interminables preguntas, a las que ni siquiera me da tiempo a responder. Cosa que no he llegado a entender nunca. A lo mejor, lo único quiere es preguntar, así que no le respondo y ella se queda tan feliz, aunque a veces la formula no funciona y descansa para respirar, esperando su respuesta. Haré un esfuerzo, que tengo ganas de verla, de oler su cuello, su carita limpia, su sonrisa fresca y sus preguntas que sólo son mimos y no me doy cuenta.
Voy a decirte que te quiero mucho mamá, aunque quizás no te lo diga en palabras y me quede pegada a tu cuello que huele a flores, un ratito hasta que me eches de encima y me llames pesada. Luego me preguntarás por el trabajo, yo te contaré cómo me he ganado hoy las habichuelas y que se me ha caído un palet en mitad de la calle, porque lo habían cargado mucho y se partió en dos. Así vengo, partida en dos.
Me dirás que eso es trabajo de hombres, que porqué me dejan sola y te diré que estoy acostumbrada, que los vecinos me ayudaron. Me vendré a casa y volveré a regresar a la tuya, cuando me acuerde que me vine sin tomates.
Sin tomates, partida en dos y sin ti mamá, como siempre. Ya estoy acostumbrada desde que aprendí sola a volar, dejándote atrás, pero llevándote conmigo. Siempre.
Te quiero mamá.
11 comentarios
juati -
Mariose -
Me captaste muy bien, viste el fondo. Esta vez fueron tomates, pero tiene la despensa llena de cosas!! Je je je!! Un besito de una independiente.
****************************
Para Rosier: Llenito de colores y nos da paz. Lástima que hay que hacerse mayores para entenderlo, para valorarlo. ¿No?
****************************
Para LeeTamargo:
Desde que le empezamos a ver arrugas a nuestros padres, nos vamos inconscientemente preparando a su despedida, cuando otros padres mueren, cuando lloramos otras muertes, al menos yo, me cuesta mucho aceptarlo. Pero para avanzar en la vida por nosotros mismos hay que destetarse, sentirse que somos personas no dependientes del criterio de nuestros padres, de su aprobación, como cuando éramos pequeños es necesario desvincularse un poco, aunque regresemos al nido pero ya de visita
Mariose -
¡Lo siento! Imagino que tiene que ser muy duro. Me ha costado mucho aceptar la muerte de mi abuela materna (que nos crió mi abuela Mariana, mujer sorprendente), creo que no podría soportar que me faltara aunque sea ley de vida. ¡Ay que me tarde Dios!
******************************
Para monocamy:
Sí es preciosa, al menos para mí. Tiene una piel fina, suave, que no le hace falta maquillar, aunque tiene sesenta y tantos. Mi hermana le hizo un retrato, de joven. Lo tiene expuesto en una tienda de fotos, cuando lo sustituya por otro, le hago una foto y te lo envío, ya verás qué linda era, pero sobre todo sigue siendo bella por dentro, sin perder del todo la inocencia (pese a los años) ni la dulzura.
Mariose -
Entre Líneas -
Entre Líneas -
LeeTamargo -
SALUDOS, MARIOSE:
LeeTamargo.-
Rosier -
Son mágicas de verdad que lo son.
A mi me pasa con la mía algo similar, ya hace tiempo que 'me fui de casa' pero vuelvo cada mediodía la veo, como con ella y charlamos... me encanta hablar con ella y q me cuenta que tal su día y salir al jardín y ver sus flores y oirla y sentirla... la quiero con locura y el poder ver sus ojos azules cada día llenos de cariño es un bálsamo para mi en mi vorágine diaria...
MaM-oNa -
Besos.
monocamy -
Te mando un besito para tu mami, que sin duda es guapísima.
;)
desiree -
Un saludo