Blogia
MaRioSe.Compartiendo Sueños.

Retales de mi vida

AMAR, AMAR, AMAR...

AMAR, AMAR, AMAR... Amar, amar, amar....

Para poder descubrir el significado de la palabra amar, hay que tomarla como si quisiéramos descubrir algo. Desde la nada, sin saber de antemano lo que nos espera, lo que puedo encontrarme. Solo teniendo fe racional. Digo racional y no irracional hacía ningún dios. ¿Porqué digo esto? Pues porque dependerá de mi capacidad de crecer, de despertar, de mi propia experiencia mental o afectiva.

En pocas palabras sería decir que para amar hay que ser objetivo. Con la ausencia de narcisismo por nuestra parte desarrollando la humildad, cosa tan difícil hoy en día. Si no soy objetiva estaré amando ciegamente. Me dejaré llevar por su aspecto físico sin conocer a la persona. Será más fácil amarlo si me parece atractivo. En cambio si no atiende a mis expectativas físicas lo dejaré a un lado. Y esto ¿porqué lo solemos hacer inconscientemente?

- ¿Por qué decora?
- ¿Por qué me alegra la vista?
- ¿Por qué si engendro hijos/as en un futuro de esta persona serán bellos y sanos?

Amamos pensando en nosotros, en nuestro ombligo. Si un padre su hijo deja de obedecerle, no le crea beneficios, no realiza sus sueños o lo que le hubiera gustado hacer él, su hijo lo defraudará ¿dejará de amarlo entonces? Si hunde nuestras fantasías, nuestro mundo ideal, ¿lo tacharemos de su ineficacia? Siempre viendo nuestros intereses, sin pensar en el otro, ponernos en su situación ¿es esto de verdad, amar?

El amor no es un sentimiento fácil. Tenemos que tener fe en nosotros mismo para poder ser fiel a los demás. Si no irá derecho al fracaso.

Decía antes que hay que tratar al amor como a un descubrimiento. Investigando, utilizando la inteligencia, observando y mirando desde afuera, objetivamente, pudiendo analizar nuestra situación desde otro ámbito. Pero de todas formas es una labor diaria y siempre difícil. Pero enriquecedora. Aprendiendo a amar.La razón de ser.

Amar, amar, amar....

(Sólo son pequeñas pinceladas de lo que puede dar de sí ese cuadro, desde mi mirada, que no tiene que ser la tuya, claro. Cuando reflexiono sobre ese verbo llamado AMAR entendiendo que quien lo pinta es sólo una aficionada, pero aficionados somos todos ¿no?. Supongo que nunca aprenderemos del todo, pero sentir, sentiremos que nos acompaña)

DESPEDIDA DE SOLTER@S

DESPEDIDA DE SOLTER@S Me voy de despedida esta noche. Las chicas por un lado, los chicos por el suyo. Cada grupo montará su fiesta a su manera…

Nosotras lo tomaremos como un tiempo nuestro, unos momentos para estar juntas solas, hablaremos, compartiremos, encontraremos risas, cenaremos, bailaremos, pero hemos optado por no comprarle bromas sexuales... ya os contaré.

Dicen que se remonta la costumbre, mucho tiempo atrás para entretener al novio mientras llegaba el día de la boda y que no consumara el acto antes de la boda. Me lo han contado, no se si esto es así o no. Me lo dijo una abuela... ¿Sabéis algo más al respecto?

Pero no se... Lo veo todo como una excusa, para hacer el burro por las calles, beber, hacer el ganso, ridiculizar al novio, o a la novia, ponerles penes y ropajes diversos, que todo el mundo se entere... que se casa, como despidiéndose de la libertad y que los casados aprovechen esa noche también, no solo el novio, para correrse una buena juerga.

¿Hecho un poco mi veneno? ¿Me permiten? Se que perderé mi fama de dulce (¡Je je je! yo no lo he dicho ¿eh? que me lo dicen ¡ea!) pero...

Como se vayan a una casa de citas (que se irán) va a ver movida, seguro. Distinto sería que una chica les hiciera un numerito, bailara hiciera un striptease... pero irse de p....!!! Eso si que no lo entiendo, la verdad. Que conste que no tengo nada en contra de estas chicas, que están cumpliendo con su trabajo, pero por eso mismo, que el "trabajo" se lo hagan a otros... porque a ver... ¿ a qué van? a gastarse 12€, por los menos, por cada refresco y... ¿Qué más? ¿Soy antigua por pensar esto? ¿y si... fuera al revés? Porque aunque ellos lo hagan, nosotras hemos hablado sobre el tema y no nos hace falta buscar más de lo que tenemos en casa que es calidad de la buena y encima pagando. ¿Pagar por un tio?... ni loca.

Mi hermano (el novio) me dijo ayer algo que me dejó muy confundida, así medio en broma ... : Llevarse a la novia muy lejos…. ¡Guauu! qué enamorado va, el niño. Qué poco romántico ¿no?. Con la cara de tontitos, que recuerdo, que íbamos nosotros...

Ellos quieren (eso dijeron) no pensar, no hablar mucho (no como nosotras... como si fuéramos el enemigo, leches....pos al enemigo ni agua ¡Cachis en toó!) reír, emborracharse como condenados.. Y eso.. ¿para qué? verán qué malitos están mañana y el lunes... XDD!!

Al principio decían de celebrarlos juntos, pero empezaron a decir chorradas tipo: Hacemos una capea...¡ Con una vaquilla! (menos mal que le quitamos la idea, pobre animal)

Quita, quita, pasamos de verlos hacer el ganso. Pero luego dijeron con tías ni hablar. ¡Pues anda que a nosotras!...

Buen rollito se nos avecina.

Ya veremos.

Mañana, si estoy operativa, os cuento, pero tengo en la cabeza todo esto desde hace semanas y quisiera saber qué opináis de las despedidas, el porqué se hacen, cómo la celebráis, si veis imprescindibles ir a una casa de citas, o contratar a un boys o una strippeer o como se llame.

Esas cosas...

LA NOSTALGIA A MI ABUELA

LA NOSTALGIA  A MI ABUELA Algún comentario me llevó al recuerdo de mi abuela. Sentí una gran nostalgia hacía ella. No fue una abuela cualquiera,(ninguna lo es ¿no es cierto?) estaba llena de vida, aunque se marchitara por dentro, pero era tan independiente, tan risueña... La llamaba Lola Flores, por su genio, su desparpajo, su carisma… tantas y tantas cosas, que cuando se fue dejé hasta de creer en Dios. Él lo sabe cuánto me enfadé porque se la llevó sin poder despedirme de ella. Sentí esa misma mañana que me llamaba, sentí un enorme escalofrío recorriéndome el cuerpo, cuando me pareció oír su voz diciéndome: "Niña"...y la llamé... pero me contestó la vecina ... y sin que me dijera nada, lo intuí. Supe que ya no la volvería a ver con vida... (este texto algunos lo conocen, pero hoy quiero compartirlo de nuevo con ustedes...si me lo permiten, claro). Por ti abuelita, estés donde estés, porque tienes que estar armándola en algún lugar. Eso espero:
* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *

La nostalgia va unida a la ternura y la ternura al arte de amar. La nostalgia es mi recuerdo, mi mirada hacía atrás con romanticismo y quizás con algo de tristeza si el causante de estos sentimientos ya no está, con nosotros.

Puede que sea como echar de menos a olores, momentos, sonidos, miradas, lugares o personas que dejaron su huella indiscutible en nuestros corazones.

Olores que relacionamos a momentos vividos. El hogar de mi querida abuela Mariana tenía un olor particular. Al entrar en aquel lugar, me llenaba de mi abuela, era su olor. Olía a jabón natural, el que ella hacía de forma artesanal en un barreño grande de plástico de color verde, con sosa cáustica y aceite usado. Olía a geranios, a clavellinas, a café recién hecho. Su carita olía a polvos de madera de oriente, a jazmines, a pastilla de Heno de Pravia. Le gustaba perfumar el hogar con perfumador a olor de rosas. Cuando olía así, era que la abuela acababa de fregar el piso. Era su toque final.

Recuerdos del sonido de la radionovela o de las noticias. Sonidos que venían de una antigua radio de principio de siglo, encima de una estantería en alto, en la pared; y sentada en la mesa de la cocina escuchando con atención lo que decían en aquel aparato, le gustaba oír “el parte” como ella decía, haciendo ganchillo o croché con verdadero arte.

Momentos que hacen que traspase la barrera del pasado como el sonido de mi abuela atizando con la paleta el brasero de picón, echándole alhucema para impregnar de su olor la casa. Parece que la esté oyendo ahora. Cuando me decía con su acento de pueblo:

- "Niña, alcánzame la jaula del canario, que no llego, que lo voy a arreglar, verás como se pone de contento y nos canta".

Me llenaba de ternura mirarla mientras limpiaba la jaula y no dejaba de piropear al pájaro como si fuera un bebé. Hasta parecía que la entendía y le respondía con su piar. Lo limpiaba con dulzura encima de la pila, en la que había puesto una madera, que le servía de mesa de trabajo, esa pila que a ella le gustaba utilizar mejor que la lavadora, decía que la ropa quedaba mejor, y que sólo la utilizaba cuando cambiaba las sabanas.

Nada ni nadie la había cambiado, era como siempre había sido, tan especial, con su sonrisa, con su genio vivaracho, con su pasión por todo lo que hacía. Convertía sus pequeños quehaceres en todo un arte. Te ibas con la sensación de quererte quedar con ella, en aquel lugar, además no te dejaba que te fueras, tenías que comer algo, siempre estabas delgada para sus ojos, aunque mi espejo no dijera eso nunca de mí.

Buscaba en su alacena pintada de azul y te sacaba según la hora pestiños, roscos, dulce de membrillo, o aceitunas, o algo de la ultima matanza, chorizo, morcilla... todo echo por ella. Todo lo que estaba prohibido para cuidar la línea ella te lo ponía en bandeja. ¡Y cualquiera le decía que no! Ya harías dieta otro día, aquel por supuesto que no.

La visita de sus nietos y después de mis hijos, por aquellos entonces casi bebes, la llenaba de júbilo y ánimo. Decía que la rejuvenecía nuestras visitas que éramos su herencia como su hermoso apellido.

Aprovechaba nuestros encuentros, para sentarnos alrededor de ella y contarnos sus cosas, nos ponía al día de los problemas y de la salud de sus vecinas, nos preguntaba por los nuestros, con verdadera preocupación. A veces cuando la conversación derivaba a su pasado, cogía “su caja” de galletas (de esas metálicas, con dibujos antiguos) y empezaba a sacarnos fotografías llenas de historia, la cartilla militar del abuelo, manchada de sangre (al llevarla en el bolsillo camisero) al que mataron en la guerra, por salvar a un compañero, pero un soldado marroquí le disparó haciendo que la vida de mi querida abuela cambiara para siempre, para mi madre que empezaba a andar y para todos nosotros que no pudimos nunca abrazarlo ni tener la suerte de conocerlo. Sólo teníamos referencia de él por sus cartas, escritas con tinta y con mucho amor. Y de un cuadro que colgaba de la habitación de mi abuela (vestido de soldado) junto al Cristo de escayola que presidía el cuarto.

Miles de historias sacaba de cada detalle, de los objetos que habitaban en aquella caja y que hacía que la abuela Mariana siempre suspirara con mucha nostalgia y melancolía.

Olores, momentos, sonidos, miradas, lugares, que cada vez que los sienta, sentiré a mi abuela.

MARIOSE CAMIONERA

MARIOSE CAMIONERA -¡Cómo me pone una belleza como tú, al volante!. ¡Cómo molas tía!

Esto es lo que me ha dicho un tipo al pasar por su lado con mi camión pequeño. Ese piropo ha sido el más suave, los otros los omito, porque ni los entendí claramente, con el ruido, de mi viejo camión, ni hice por escucharlo, porque no me importaban un pimiento. Pero aparentemente iba muy chula yo, aunque las marchas no me entraban ni queriendo. ¡Anda que la que he liado por el políg. industrial donde trabajo!. Una vuelta de nada, pero la he armado más que si hoy me pongo una minifalda.

Esto es lo malo de las empresas familiares que eres chica para todo, lo mismo soy gerente, jefa de personal, secretaria, jefa de ventas, que limpiadora y todo va incluido en la nómina donde me catalogan como: “Encargada general”. Vamos, responsabilidad las que quiera y las que no, también.

Pero es que en mi trabajo no puedo siempre vestir muy femenina, que digamos; sería incomodo subirme a la traspaleta eléctrica, cuando hace falta o como hoy llevar para pasar la I.T.V. del camioncillo (como le decimos al camión más pequeño de la empresa que no carga más de 3500kg). Pero nada, como tenía que recoger esta mañana a primera hora las rentas en la asesoría para luego entregarlas al banco, pues iba la mar de mona con un vestido muy vaporoso y primaveral que inoportunamente he elegido. La madre que lo parió y lo mal que me lo ha hecho pasar, cuando quise poner el pie en el suelo para bajarme del viejo trasto y dos mil tíos mirando cada detalle de la bajada (bueno quizás no eran ni una docena, pero no voy a estar en todo ¿no?)

Me he sentido observada en todo momento, lo mismo me miraban disimuladamente de reojo, que descaradamente sonriendo. Si van solos no se atreven mucho a decirme nada, sólo miran, y más si como en alguna ocasión le he preguntado: “Perdón, cómo me dice ¿me está hablando a mí?. Pero como vayan acompañados, no se si es porque cogen alas pero sueltan en ocasiones, cada cosita por sus bocas que vaya, vaya...

Qué extraños somos, qué importancia se le da a las cosas, la manía de adjudicar etiquetas, estereotipos, marcar distancias, desigualdades. Sinceramente haré lo posible por que la próxima vez vaya algún repartidor, y si hoy he ido es porque era el ultimo día y mañana hacía falta que saliera en carretera que sino, esta se queda en la oficina, cómodamente (sólo en apariencias porque tengo una montaña de papeles) para qué decir lo contrario. Pero me da tristeza tener la sensación de que hagamos lo que hagamos las mujeres siempre seremos criticadas como condición, por nuestro genero. Nunca sabes qué hacer, para ser tú misma. Para que sientan que sólo eres una persona, ni mejor, ni peor, sólo intentando luchar por la vida que le ha tocado lo mejor que pueda... y que es muy cansino seguir escuchando como siguen repitiendo una y otra lo de: “A ver, no queréis la igualdad”...

Encima ayer quedo para desayunar con una amiga, que trabaja cerca y me suelta: “nena, cómo puedes tener las uñas de una mano largas y las de la otra echitas polvo” la niña que tiene limpiadora diaria y personal de sobra para cada puesto de los que desempeño. Pues nada, mi contestación, es la que espera, porque siempre estamos igual: “Pues porque con esta manita me saco los mocos mejor, no te jode, ¡que no soy una barby super-star!”