... y la Tierra sigue girando.
Hay días que no te apetecen trabajar nada en absoluto, que te cuesta la misma vida concentrarte en tu trabajo.
Éste es uno de esos días, en el que disimuladamente mis ojos se posan una y otra vez en el reloj de la oficina, o en el rinconcito de la pantalla del ordenador y con optimismo piensas que ya queda menos, para tu salida. Suelo ver la parte buena de las cosas, así me engaño sutilmente pero me animo. Por eso aunque sólo mi cuerpo esté sentado frente al ordenador, mi mente vuela a otros lugares; tengo tanto que hacer fuera con mi vida, que hoy mas que otras veces me pesa demasiado esas dichosas cadenas que llevo en mis tobillos inquietos.
Una de dos, cuando me ocurre esto, me meto tanto en mi trabajo, que cuando quiero darme cuenta ya es hora de marchar de esta cárcel. Otras, como hoy busco excusas para que me dé el aire. Me fui a desayunar con una vecina del trabajo, que al verla pasar le dije: Te invito a un café, que lo necesito. Mi amiga se llama Conchi y creo que ella necesitaba ese café más que yo, al servirle de desahogo emocional.
Su hermana tiene cáncer y sus esperanzas se están agotando. Y ella se siente tan impotente, que me da tanta pena, que no quiero ni abrazarla porque se derrumbaría. Me gustaría saber que decirle para animarla, pero ya las cosas se están torciendo de una manera, que por mucho que le diga me parece que no seré de gran ayuda. Sólo puedo escucharla, intentar animarla con mis payasadas, pero poco más. Ojalá algún día los médicos encuentren la solución. Ojalá la gente con medios inviertan para que se pueda investigar su cura.
Ojalá.
La Tierra sigue girando tanto si te estas muriendo como si acabas de nacer. No nos damos cuenta que vivir es un valioso tesoro hasta que la sombra de la muerte ronda cerca.
Por eso voy a comer de ese plato que se llama vida y apurarlo mojando sopas, saboreando cada bocado como si fuera el ultimo.
Éste es uno de esos días, en el que disimuladamente mis ojos se posan una y otra vez en el reloj de la oficina, o en el rinconcito de la pantalla del ordenador y con optimismo piensas que ya queda menos, para tu salida. Suelo ver la parte buena de las cosas, así me engaño sutilmente pero me animo. Por eso aunque sólo mi cuerpo esté sentado frente al ordenador, mi mente vuela a otros lugares; tengo tanto que hacer fuera con mi vida, que hoy mas que otras veces me pesa demasiado esas dichosas cadenas que llevo en mis tobillos inquietos.
Una de dos, cuando me ocurre esto, me meto tanto en mi trabajo, que cuando quiero darme cuenta ya es hora de marchar de esta cárcel. Otras, como hoy busco excusas para que me dé el aire. Me fui a desayunar con una vecina del trabajo, que al verla pasar le dije: Te invito a un café, que lo necesito. Mi amiga se llama Conchi y creo que ella necesitaba ese café más que yo, al servirle de desahogo emocional.
Su hermana tiene cáncer y sus esperanzas se están agotando. Y ella se siente tan impotente, que me da tanta pena, que no quiero ni abrazarla porque se derrumbaría. Me gustaría saber que decirle para animarla, pero ya las cosas se están torciendo de una manera, que por mucho que le diga me parece que no seré de gran ayuda. Sólo puedo escucharla, intentar animarla con mis payasadas, pero poco más. Ojalá algún día los médicos encuentren la solución. Ojalá la gente con medios inviertan para que se pueda investigar su cura.
Ojalá.
La Tierra sigue girando tanto si te estas muriendo como si acabas de nacer. No nos damos cuenta que vivir es un valioso tesoro hasta que la sombra de la muerte ronda cerca.
Por eso voy a comer de ese plato que se llama vida y apurarlo mojando sopas, saboreando cada bocado como si fuera el ultimo.
5 comentarios
Trini -
Un beso y a veces una conversación proporciona más salud que todas las medecinas juntas.
Victor X X -
El mundo gira si, a veces demasiado rápido.
Un abrazo Mariose. :)
LeeTamargo -
LeeTamargo.-
Mariose -
¿Será que cuando pagamos las letras, vienen otras a sustituirlas para no ser menos?
¿Será que nos acomodamos en nuestro bienestar demasiado?
¿Será que la loteria, los cupones de la O.N.C.E., la loto, la primitiva, la quiniela... es una falacia y nunca me tocará, porque no tengo ni tiempo de comprarla?
¿Será, será, será...?
Ese oro es inmaterial, para mí, porque ese oro es mi vida, que se escurre entre mis dedos como arena fina.
Al menos intento darle todo el valor a ese tiempo libre que me queda, como si se tratara de un diamante. Y al trabajo, lo justo, porque cuando llega la hora de irse, ésta no le da más tiempo de el justo, que como muchos/as tengo otra vida fuera. Aunque eso me costara entenderlo y tenga que explicarselo a mi socio, que no lo sabe, ni mijita, le falta una cama en el curro...
Por eso me encanta los viernesssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss.
¿Crees que lo he adivinado?
Un besito divino de la muerte.
Entre Líneas -